Las herramientas más eficaces con las que contamos para afrontar cualquier diferencia con otra persona son:
No hay que buscar culpables, debemos expresar lo que sentimos, expresar lo que hemos interpretado, cómo hemos vivido el conflicto y comunicar cómo nos gustaría que se arreglara la situación, planteando para ello alternativas viables y aceptadas por las partes.
Y una vez expresado todo lo que respecta a nuestras necesidades, escuchar las de la otra persona, puede que ésto nos ayude a ver aspectos que antes se nos escapaban al centrarnos más en nuestra postura, pudiendo llegar a cambiarse la interpretación de los hechos, total o parcialmente.
Volvimos a recordar las técnicas más comunes de asertividad: el disco rayado, el bando de niebla, la aserción negativa y la interrogación negativa.
Más tarde, y utilando el humor, como siempre que la situación nos lo permite, realizamos varias técnicas para aprender a distinguir el lenguaje verbal del no verbal. Ya que si los dos no van en sintonía, estaremos ante una persona que nos miente o trata de manipularnos; ni que decir, que nuestras mujeres cada vez se están convirtiendo en unas expertas en distinguir los dos tipos de lenguajes y saber cuando alguien les dice la verdad y cuando no.
Por último, y para terminar, esta sesión, combinando la diversión; volvimos a ver la importancia de decir las cosas directamente, sin intermediarios; ya que la información de una persona a otra va cambiando, hasta que al final, nada tiene que ver la información ofrecida en un principio, con la que llega a la receptora final.
Volvimos a ver la importancia que la transmisión de información de tú a tú es la más efectiva, sin la intervención de terceros, ya que éstos que pueden llegar a darnos una versión totalmente contraria a la realidad.
Volvimos a ver la importancia que la transmisión de información de tú a tú es la más efectiva, sin la intervención de terceros, ya que éstos que pueden llegar a darnos una versión totalmente contraria a la realidad.
La sesión transcurrió de una forma amena, donde unas jugábamos a engañar a otras, y las demás a descubrirlas, contando historias inventadas por nosotras mismas sobre la marcha.
Al final de nuestra reunión semanal todas fuimos a casa a ver si hacíamos el "cojito" o encontrábamos "el orégano"....
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