¿De quien depende nuestra felicidad?, ¿Acaso de los hechos que nos rodean?, ¿Pueden influir las estrellas, la luna, la marea? ¿Influye en ella las personas que nos rodean? Quizás todo sea más sencillo... tal vez sólo sea cuestión de tomar las riendas de nuestra propia vida, de afrontar las cosas, de aceptarlas, de luchar contra lo que no nos guste, si podemos, o de pasar y aceptar aquello que se escapa a nuestra voluntad y somos incapaces de hacerlo cambiar. Todo en la vida tiene dos caras, su lado positivo y su lado negativo, las dos caras de la moneda; depende de nosotras qué lado queremos ver.
¿Con qué vaso nos quedamos? ¿El medio lleno o el medio vacío? Si elegimos el medio vacío quizás nos estemos conformando tan sólo con "media" vida.
Es cierto que durante nuestras vidas serán muchos los acontecimientos que viviremos, unos los asimilaremos como buenos, otros, en cambio, como malos. Así nos lo mostró Merce, en la charla que tuvimos la ocasión de mantener con ella.
Pero, ¿ acaso no descubrimos en cada una de esas experiencias algo nuevo?; cualquier experiencia que vivamos nos hará aprender, nos ayudará a crecer emocionalmente.
Nadie nace optimista, cualquier persona puede llegar a serlo. Sólo necesitamos conocer, arriesgarnos, asimilar,descubrir.
Desde que nacemos, todos estamos predestinados a vivir experiencias semejantes, para unos éstas seran buenas y les harán felices, para otros, en cambio, serán desagradables. El factor externo influye, claro está; pero lo más importante de todo es nuestra capacidad para reflexionar sobre ese factor e intentar extraer una lección del mismo. Aprovechar al máximo aquellas pequeñas y placenteras cosas que la vida nos ofrece día a día y que, en ocasiones, pasan desapercibidas. La vida no está compuesta sólo de cosas buenas o malas, sólo de enseñanzas, y éstas nos harán más fuertes, más humanos, más felices.
Piensa ¿qué te hace a tí feliz? Yo sé lo que me hace a mí, disfrutar de cada momento, reir y hacer reir. ¿Simple, no? Así de simple es ser féliz. Así de fácil es mirar la vida con optimismo.
Gracias Merce por acompañarnos una vez más. Besos.
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